Llega el momento de empezar a preparar la piscina para usarla en verano y nos damos cuenta de que tiene algunos daños, fisuras o incluso gres suelto que es necesario reparar.
Los procedimientos de reparación y mantenimiento de una piscina son múltiples dependiendo del tipo de construcción de la misma así como de la gravedad del daño que posea.
La estructura, el vaso y los materiales con los que la piscina está construida influyen a la hora de estudiar las reparaciones que deberemos realizar. Por lo tanto, actuaremos de manera diferente según esté hecha de materiales sintéticos, de hormigón o cemento.
Si nos encontramos ante una piscina de cemento pintado o cubierto con gresite y observamos fisuras superficiales que provocan ciertas pérdidas de agua, recomendamos seguir los siguientes pasos a la hora de proceder a su reparación:
- Retirar la pintura o gresite exterior que revisten la zona afectada. Con ello encontraremos mejor la grieta, analizaremos la situación y podremos trabajar sobre ella.
- Cavar en el área de la grieta a ambos lados con el fin de limpiar toda la zona y volver a cubrirla con nuevo material.
- Limpiar la junta en profundidad, para eliminar todos los restos de cemento, polvo y bacterias que hayan podido provocar el deterioro del material. El relleno que coloquemos posteriormente necesita una buena adherencia por lo que cualquier residuo que quede sin eliminar impedirá que ésta se lleve a cabo. Se puede pasar un cepillo y posteriormente un pincel mojado en cloro.
- Tras un tiempo de secado de la zona se deberá rellenar la junta con alguna masilla elástica específica para piscinas. No se recomienda utilizar cemento ya que tiende a agrietarse y su impermeabilidad es limitada. Deberemos dejar dos o tres días para que se seque todo el área reparado.
- Con la ayuda de una espátula cubriremos la zona reparada con estuco o pasta para piscinas. Posteriormente lo lijaremos para que quede toda la superficie lisa.
- Volver a pintar o revestir la zona tratada con pintura adaptada para piscinas o con azulejo similar al utilizado en el resto de la piscina.
Si los daños que posee la piscina son estructurales, de una construcción deficiente, mala estructura u otras causas mayores, podrán afectar a fugas mayores y tener peores consecuencias. Para solucionar esto se requerirán trabajos más a fondo en los que deberían intervenir profesionales para realizar un estudio más profundo de la situación. Ante un caso similar, contacte con Soriano Construcciones y analizaremos su situación de manera personalizada.